sábado, 10 de febrero de 2007

Verano por (todavía no se qué poner xd








Recuerdo haber leído que Nietzche padecía síntomas que nunca se llegaron a diagnosticar. Síntomas que oscilaban entre migraña, debilidad generalizada y frecuentes problemas estomacales, Nietzche, término sin patria, renunciando a su ciudadanía alemana; a mi parecer, debido a su naturaleza suspicaz, busqueda extrema de la verdad, o de denuncia de la mentira, Nietzche es consecuencia y causa, un tío amargado y posiblemente dotado de una mirada dura, inquisidora, alimentado por la antiquísima cultura europea, expandida y aunada por el catolicismo en el reinado del sentimiento de culpa.

En la física moderna, bien insertada en la base, en la base madre, pulula el relativismo, defensora en parte que la verdad es 90% verdad, 8% de desperdicio de no verdad (algo así como la mentira) y 2% de algo que no me acuerdo.

Esa relación 9 a 1 es la que prevalece en el mundo, es decir, si queremos ser bondadosos, debemos serlo 9 veces de 10 y (no serlo)dejar de serlo una. Así con todo.

En mi vida como en la tuya estimado cyberputo lector siempre me han venido con el cuentaso de la disciplina, muy efectiva para fines prácticos, pero no puede desentenderse de la regla general, la regla universal, si quieres ser realmente disciplinado, digamos que tendrás que ser "indisciplinado" una de cada diez veces.

Con esa métrica se logra el efecto más humano que a mi parecer-lamentablemente arrimado, sin siquiera sospecharse- existe; exenta de los forcejeos en la mente, cerrándola, sin cercenar su campo visual, resultado de considerar todo o negro o blanco, O GRIS!, si grís, para mí, si algo es gris, solo lo puede ser en un 90%, si te consideras el perfecto amante, debes eyacular antes de tiempo una de cada diez. Una de cada diez! pensar en ello, acaso no nos haría sentir mejor, sin la ansiedad devenida de estar siempre bajo la presión del rendimiento a 100!, vivir bajo la cobija de un aceptable error, sin caer en la dejadez, una regla holgada, divina.

Entre cordura y locura existen etapas intermedias; estoy casi seguro que existen personas cuya naturaleza tiende a fluctuar entre varias de estas etapas incluso, en los extremos. Naturalmente, si coqueteas con la locura por mucho tiempo ya no puedes salir, el estado de locura es como un agujero negro que se limita a absorver todo lo que encuentre a su paso destruyéndolo, pero a diferencia de estos, de los agujeros negros, la locura, cogida con guantes y bisturí, por unos instantes, sin habértelo planeado, simplemente estándolo- observas, voces e imágenes- y de pronto sales, te libras, ya estás acostumbrado, imposible quebrar tu equilibrio, desequilibrado equilibrio.

Nietzche era uno de estos tipos que desde niño padeció algo así como el estigma de les iluminati. Quizás su gran error fué no prever que debía forjarce una base de apoyo, que lo sacara a tiempo de su propia destrucción, Nietzche es el tipo de personas que inherentemente nacen para destruirse. Dedicó su vida al constante arte de sospechar y explicar, sin treguas, disciplina al favor de la humanidad, en contra de la suya propia, Nietzche fué una víctima, te hubieras dedicado a huevear por temporadas tío, créeme que eso es bueno, el 9 a 1 tío, el 9 a 1.

Todo los de arriba no son más que elocubraciones mías, en parte pueden explicar a Nietzche como tipo radical, falto de calle que se hubiera tomado la vida menos en serio, pues tener un super cerebro y caer en el pesimismo, en la crítica extrema, es una bomba de tiempo, que explotó en Nietzche, y no dejo ni vestigios del grupo Niche.

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